Ventas en Equipo: El fin del lobo solitario en el sector inmobiliario

La semana pasada tuve una reunión con un equipo de ventas de un desarrollador inmobiliario.

Con varios de ellos ya había trabajado de forma individual en la producción de video para sus campañas en redes. Sabía cómo se expresaban frente a la cámara, conocía un poco su estilo y su manera de pensar.

Lo que no conocía era lo que estaban viviendo como equipo.


Una reunión que iba a ser “solo para hablar de videos”


La cita era, en teoría, para algo muy concreto: definir una cierta cantidad de videos que usarían en una campaña conjunta.

Más de diez asesores sentados alrededor de la mesa. Yo llegué con la mentalidad de siempre: escuchar ideas, aterrizar objetivos, plantear propuestas.

Pero a los pocos minutos me di cuenta de que esa reunión no iba a tratar solo de formatos y guiones. Empezaron a salir cosas mucho más profundas.

Uno a uno, fueron compartiendo sus preocupaciones:

  • “Las ventas están bajas.”

  • “Estoy por debajo de la meta mínima para mantenerme en la empresa.”

  • “Yo voy a la mitad del camino, pero si esto sigue así, no sé qué vaya a pasar.”

No era drama vacío. Era gente hablando desde la realidad de su día a día: metas que hay que cumplir, cuentas que hay que pagar, compromisos personales y familiares detrás de cada cierre… o de cada mes sin cierre.

Mientras los escuchaba, hubo un momento en el que me vi reflejado.


De la soledad del asesor a la fuerza de un equipo


En mi historia como asesor (de la que hablo en el primer artículo de este blog), mucho de lo que viví lo viví solo. La presión por vender, la sensación de no llegar a la meta, el miedo a quedarte fuera… En mi caso, era “yo nada más”.

Aquí, en cambio, estaba viendo a más de diez asesores:

  • Compartiendo sus preocupaciones en voz alta.

  • Buscando una alternativa juntos.

  • Poniendo sobre la mesa la idea de una campaña conjunta para cambiar el rumbo.

Equipo de ventas inmobiliario en reunión estratégica analizando ventas bajas y buscando soluciones conjuntas.

Cuando las metas no se alcanzan, la reunión deja de ser protocolo y se convierte en supervivencia.




Me conmovió mucho ver cómo se estaban organizando: no desde la competencia, sino desde la intención real de ayudarse entre ellos.

“¿Qué podemos hacer como equipo para sacar esto adelante?” era, en el fondo, lo que todos estaban preguntando. Ese tipo de disposición no se ve todos los días.




Ajustar la estrategia… y también el presupuesto




En medio de las ideas, números, propuestas y objeciones, llegamos a algo muy concreto:

  1. Tenían claro que necesitaban hacer algo diferente en su comunicación.

  2. Tenían claro que una campaña conjunta podía ser una buena apuesta.

  3. Pero también tenían un límite muy real: el presupuesto.

En lugar de aferrarnos al plan original (una cierta cantidad de videos), decidimos ajustar: menos piezas, mejor enfocadas y un esquema que fuera viable y cómodo para ellos.

Equipo de marketing inmobiliario ajustando presupuesto y estrategia de campaña sobre papel.

Adaptar la estrategia al presupuesto real es más efectivo que aferrarse a un plan ideal imposible.

Para mí, ese acuerdo fue importante por dos razones:

  • Porque respetaba su realidad actual (ventas bajas, presión por metas).

  • Porque mostraba algo que valoro muchísimo: la disposición de hacer lo que esté en sus manos para cambiar las cosas, en lugar de quedarse solo quejándose de la situación.





Dos días después: todos “en set”





Dos días después estábamos grabando. Un solo producto. Dos locaciones. Cuatro asesores saliendo frente a la cámara.

Hasta ahí, podría sonar a cualquier grabación de campaña. Pero para mí no fue una jornada “más”. Desde que llegué sentí otra energía:

Todo el equipo presente, apoyando a los que iban a salir a cuadro, aportando ideas sobre lo que ya teníamos planeado, proponiendo ajustes para hacer el contenido más claro, más cercano, más útil.

Detrás de cámaras de grabación de video para asesores inmobiliarios, mostrando apoyo y trabajo en equipo en el set.

El contenido funciona mejor cuando hay un equipo detrás que realmente quiere que te vaya bien.


Todos estaban mentalizados en lo mismo: “Que esto funcione.”

Y no hablo solo de “que funcione la campaña”. Hablo de algo más profundo: Que su esfuerzo colectivo tenga una oportunidad real de mover la aguja.

No puedo encontrar palabras exactas para describir la satisfacción que sentí trabajando con ellos ese día. Verlos ahora juntos, convertidos en un solo equipo, fue muy especial.




Cuando te llaman “experto” (y por qué yo lo tomo con pinzas)




En la reunión previa, varios se referían a mí y a mi amigo (quien ve la parte de campañas) como “Los expertos”.

Es un término que se agradece, claro. Pero también es una palabra que yo procuro no tomar tan en serio. No porque no valore el reconocimiento, sino porque sé que quedarme pegado a esa etiqueta puede jugar en contra de algo que para mí es clave: seguir aprendiendo.

Prefiero verme como alguien que acompaña procesos más que como alguien que ya “lo sabe todo”.

Y ese día, trabajando con ellos, no me sentía “el productor de contenido” que está fuera del problema. Me sentía casi como un asesor más dentro del equipo.

Mucho de lo que trabajamos con este equipo no es solo “hacer videos porque hay que estar en redes”, sino ayudarles a dejar de depender únicamente de flyers. Justo de eso hablo en el artículo donde explico por qué tu cuenta no puede ser solo un catálogo.




Las emociones que casi nadie ve en los equipos de ventas




Si algo me dejó esta experiencia, es una confirmación muy clara. Detrás de cada asesor que ves en redes no solo hay un script o una preventa.

Hay emociones que casi nunca se cuentan:

  • Miedo a no llegar a la meta.

  • Miedo a quedarse fuera.

  • Responsabilidad por la familia.

  • Dudas sobre si se está haciendo suficiente.

Y cuando esas emociones se viven en soledad, pueden ser muy pesadas. Lo que vi esa semana fue lo contrario: un equipo hablando con transparencia y decidiendo luchar juntos.

Eso, para mí, también es marca. Marca interna. Cultura. Y termina reflejándose en el contenido que sale hacia afuera.




Qué quiero que te lleves si eres asesor inmobiliario




Quizá tú no estabas en esa mesa. Pero tal vez sí te identificas con esto: ventas bajas y presión de metas.

Si ese es tu contexto, quiero dejarte tres ideas:

  1. No eres el único que se siente así. Aunque muchas veces nadie lo diga en voz alta.

  2. Hablarlo con tu equipo cambia la dinámica. No es lo mismo cargar el peso solo que construir algo en conjunto.

  3. El contenido no es magia, pero sí puede ser una palanca poderosa cuando se alinea con un propósito real y con un equipo dispuesto.




Por qué esta historia también es parte de Creaconantonio




Cuando hablo de Creaconantonio como comunidad, no pienso solo en guiones o tips para reels. Pienso en estos momentos: en la reunión donde la gente abre el corazón y en el equipo que decide organizarse.

Se trata de acompañar a las personas que están detrás de esas ventas.

Si esta historia te resonó, quiero que sepas algo: No estás solo.

Si quieres entender mejor todo el contexto que hay detrás de este proyecto, te recomiendo leer también:

Nos vemos en el próximo post.

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